Algo más que una Copa América

Ya lo saben todos, la prensa se cansó de repetirlo, el domingo Uruguay ganó su decimoquinta copa América aplastando a Paraguay y coronándose como la selección con más títulos continentales. Ayer se actualizó el polémico ranking mundial de la FIFA que comenzó a regir desde 1993 y La Celeste llegó a un histórico 5to puesto. Atrás de potencias futbolísticas como España, Alemania, Holanda y Brasil pero por delante de otras como Inglaterra, Italia, Argentina y Francia.

Por más que a muchos no les guste el ranking no responde a intereses, es matemático. Si Brasil está donde está, por delante de Uruguay, no es por su eliminación en cuartos de final del mundial de Sudáfrica y de la Copa América. Es por ser el actual campeón de la Copa Confederaciones y porque no pierde en los 90 minutos desde aquel recordado partido con Holanda.

Uruguay no tiene un juego vistoso, es verdad. Tampoco gana solo a guapeza, es cierto. Juega en equipo con buenas individualidades, es indiscutible. Todos estos comentarios se repiten y se repiten inflando el pecho de algunos, pero en mi parecer que hay que ir más a fondo. No todas las selecciones llegan a esta condición. Los equipos que rodean a Uruguay en el ranking son catalogados como selecciones de buen fútbol, o fútbol vistoso.

Hay un aspecto que caracterizó a la selección uruguaya que se puede resumir en la jugada al final del primer tiempo en la que Diego Pérez corre desaforado por una pelota que simplemente se iba por la última línea rival(ver video) . Ese acto se llama hambre de gloria, una cualidad que muy pocos equipos tienen y logran adquirir.

Hambre de gloria no es pegar, no es solamente correr hasta que las piernas se acalambren, no, es mucho más. Cualquiera que deseé ganar haría todo lo mencionado anteriormente, pero un equipo que no solo quiere ganar, sino que quiere alcanzar la gloria, vive, piensa, come, juega y sufre por él y por el equipo. Diego Pérez no corrió pensando en él, corrió pensando en que Forlán podría mandar un buen córner.

Si Uruguay logra mantener esa hambre de gloria intacta y no se achancha ni enaltece con sus logros deportivos, se podrá rescatar algo más que una Copa América.

Ruso Pérez luchando por una pelota

La lógica del esfuerzo

 Antes de que comenzara la Copa América la selección de Perú presentaba bajas importantes. En todas las selecciones se lesionan jugadores, pero la situación que tuvo que afrontar Markarian semanas antes a la competición continental es para destacar.

El capitán Pizarro, el goleador del Shakle 04 Farfán y el buen centrocampista del Corinthians  Ramirez; fueron tres bajas importantes de las cinco que tuvo Perú. Nadie, o pocos, se animaban a apostar a favor de este seleccionado, más si se tenía en cuenta que compartían el grupo ‘C’ junto a Uruguay, Chile y México.

Es que este Perú jugó la Copa América, pero también jugó con la lógica. Tal vez solo la derrota contra Chile, en fase de grupos  ya clasificado, y con Uruguay por semifinales fueron las más previsibles, después siempre sorprendió. Empate con la Celeste 1-1, victoria contra México por mínima diferencia, victoria en cuartos de final 2-0 contra el buen equipo de Colombia y como frutilla de la torta, goleada 4 a 1 por el tercer puesto al seleccionado vinotinto.

Es curioso, a este equipo se lo catalogó muchas veces de defensivo y conservador. Sin embargo, a base de esfuerzo, lucha y fútbol pragmático, Perú es la selección con más goles en esta Copa América (8) y tiene hasta el momento, si Luis Suarez no hace dos goles en la final, al goleador del certamen Paolo Guerrero con cinco anotaciones.

 Perú, la lógica del esfuerzo.

Getty Images

Un Proyecto Campeón

 En el día de hoy está circulando la noticia de que el DT de la selección uruguaya, Óscar Washington Tabárez, fue elegido por la UNESCO como  Campeón Deportivo. Dos de las misiones principales que tiene este organismo son: 1) Lograr la educación de calidad para todos y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. 2) Construir sociedades del conocimiento integradoras recurriendo a la información y a la comunicación.

Uno que no conozca el proyecto de Tabárez se podría preguntar la razón de dicho premio.

En la conferencia de prensa luego de la victoria de Uruguay contra Perú, Martín Carrasco periodista de  La Nación le preguntó al DT uruguayo “¿A que le atribuye el crecimiento del fútbol uruguayo en estos años?” Allí Tábarez pudo dar una pequeña cátedra de lo que realmente es un proyecto futbolístico. La selección uruguaya  hace cinco años que vive un proyecto  llamado “Institucionalización de los procesos de las selecciones y la formación de sus futbolistas”. Como buen maestro, Tábarez  busca generar buenos futbolistas dentro y fuera de las canchas.

Tábarez lo dijo, “los chicos tienen que estudiar, tienen que saber de fútbol, tienen que competir”. Uruguay está formando jugadores, pero también los está educando. Es positivo y un ejemplo ver a una selección que trata adecuadamente a la prensa, que puede conectar más de dos oraciones seguidas al declarar y que trabaja con profesionalismo. Seguramente la UNESCO sea consciente de lo beneficioso que es este proceso, no solo para el fútbol, sino como ejemplo para la sociedad. 

Merecido premio para un maestro que además de formar un equipo de fútbol, educa.

Vino con historia

 El partido prometía. Ambos venían de eliminar a  serios candidatos para ganar la Copa América. Por un lado Paraguay había conseguido un valioso triunfo por la vía de los penales frente a Brasil.  Por el otro, Venezuela la gran sorpresa, escribía una nueva página en su historia venciendo a Chile 2-1 y llegando por primera vez  a semifinales.

La promesa de un partido intenso quedó en la nada, al menos en los 90 minutos. Si bien con el cabezazo del paraguayo Verón a los 7’ daba la sensación que el partido podía estar abierto, lentamente ambos equipos comenzaron a caer en un pozo, estudiándose y arriesgando poco.  El conservadurismo fue tal,  que empezaron a ser más entretenidos los cantos entre hinchadas chilenas y argentinas que las pelotas perdidas por los volantes. Un par de jugadas de riesgo para cada equipo,  unas amarillas; un palo y un gol anulado  para Venezuela inclinaban un poco la balanza para la Vinotinto.

Caería en una simpleza decir lo mismo del tiempo suplementario. Allí se vio una Venezuela con hambre de gloria, decidida a encontrar la victoria, proponiendo juego y replegando a un rival, que en los papeles era más, hacia su propia área. Paraguay se quedó sin ideas, sin piernas, sin pulmones y hasta sin cabeza, bailando al ritmo de Venezuela. Paraguay terminó el partido con 10 y pudo haberlo hecho con 9, lo salvó el ofició y la categoría de sus jugadores que dejaron todo, más allá del cansancio y las imprecisiones.

El partido se decidió por la vía de los penales, y otra vez, a favor de los paraguayos. Sin embargo Venezuela tiene razones suficientes para seguir en esta Copa América con la frente en alto y disputar un histórico tercer puesto contra Perú.  Una atajada de Justo Villar no puede cambiar el juicio hacia una selección que juega como un equipo, que respeta el esquema táctico de su joven técnico César  Farías y que ha levantado a la Vinotinto a lo más alto de su historia.

Comiendo Banco

En esta primera publicación queremos explicar rápidamente cual es la función de este blog.

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